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El otro día, durante un directo en el canal de Carol Mola, unos cuantos mostraron interés por los juegos de rol así que, Súper David al rescate, montamos un grupo de juego en un periquete y ayer tuvimos la primera partida de Dungeons and Dragons. Y, ¿sabéis qué? Olvidaba lo que me gusta jugar al rol con novatos.

Porque, seamos sinceros, cuando un jugador pasa ya los diez años de experiencia jugando, va cogiendo «vicios», como los conductores, que forman ya parte de su forma de jugar. En mi grupo de juego llevamos ya veinticinco años jugando juntos, así que podéis imaginaros lo asumidas que tenemos todos ciertas cosas que, otros jugadores con menos experiencia no dan por hecho. Y eso es una gran ventaja. Pondré aquí solo unos ejemplos:

Sentido de la maravilla

Las primeras veces son especiales en todo, ya lo hemos dicho. La primera vez que conduces, la primera vez que esquías, que… bueno, cualquier primera vez.

Aún recuerdo mi primer encuentro con un dragón: fue en una aventura de AD&D, en el que unas jóvenes se hacían pasar por muchachas y descubrimos que no eran sino dragones plateados tratando de esconderse. Yo tendría alrededor de diez años, y recuerdo que me fui para casa sin poder dejar de pensar en aquello, en cómo serían, en qué haríamos en la siguiente sesión…

A un jugador experimentado le das un arma que se encienda en llamas y lo primero que te pregunta es el bonificado de daño que eso aplica. Un novato disfruta del hecho en sí mismo, sin importarle nada más que el hecho de que su personaje ¡tiene un arma que se enciende en llamas!

Originalidad

La experiencia es buena para muchas cosas. Por ejemplo, para saber qué conjuros son mejores que otros, entendiendo por «mejores» aquellos que causan más daño, que son más difíciles de evitar, o lo que sea apropiado en cada caso.

Pero eso también hace que otras cosas «menos buenas» se queden por el camino. Armas originales, conjuros creativos, ideas locas… Todo esto lo consigues cuando apuestas por jugar al rol con novatos.

Ilusión

Como en todo, la repetición elimina frescura. En el trabajo, en el arte… Y, cuando creas un personaje para un juego por decimoquitna vez quizá no le pongas la misma ilusión que cuando lo hiciste por primera.

Yo recuerdo que, cuando hacía mis primeros personajes de Dungeons and Dragons, anotaba pormenorizadamente el peso y localización de cada cosa qeu mi personaje llevaba. Espera, eso aún lo sigo haciendo… cuando tengo tiempo.

Quizá todo sea cuestión de tiempo. De tener tiempo para jugar, para preparar los personajes, la aventura. O de querer tener tiempo. Un novato que ve cómo el infinito mundo de los juegos de rol se abre ante él si no tiene tiempo, lo encuentra. Y eso se nota luego en la mesa de juego.

Conclusiones

A los que ya sois perros viejos os puedo decir mil cosas sobre las ventajas de jugar al rol con novatos pero, hasta que no lo experimentéis vosotros mismos, no vais a saber exactamente de qué os hablo. Los que aún estáis empezando en esto disfrutad. Dedicadle el tiempo que queráis, si queréis, escribid trasfondos para vuestros personajes, historias alternativas, haced dibujos… o no, pero disfrutad, que es de lo que se trata esto.

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