¿Qué son los juegos de rol?
El otro día hablando por Twitter con la escritora de fantasía juvenil Gema Bonnin me confesaba que siempre le habían atraído mucho los juegos de rol, pero que apenas tenía recorrido con ellos. Del mismo modo que ella, son muchos los escritores que (del mismo modo que yo pasé del rol a escribir ciencia ficción juvenil) vienen del mundo del rol, o bien saltan a él desde la literatura. Escritores, lectores, jugadores de videojuegos… Por eso veo conveniente aclarar aquí unos conceptos sobre qué son los juegos de rol, qué hace falta para jugar al rol, cómo puede ayudarte a estimular enormemente tu imaginación y otros aspectos.
Orígenes de los juegos de rol
Seré muy breve, porque no estamos aquí para una clase de historia. A partir de mediados del s.XX, un hombre llamado Gary Gygax comenzó a jugar juegos de estrategia con miniaturas (lo que ahora mismo podría ser Warhammer 40.000 por ejemplo) pero, con el tiempo, ideó reglas para miniaturas concretas, en función de la figura. No todos los soldados serían iguales, uno que llevara una espada más grande podría hacer más daño, el que llevara escudo podría defenderse mejor, etc. Así surgió el juego de rol Chainmail, que luego pasaría a ser el conocidísimo Dungeons and Dragons.
Aunque ya se habían introducido los elementos fantásticos propios del género, en un principio la acción estaba limitada prácticamente a mazmorras (como pudiera ser hoy en día el juego Descent), pero con la llegada de Advanced Dungeons and Dragons la acción se abrió a todo tipo de situaciones, y los jugadores tenían libertad total para hacer lo que quisieran. Esa es una de las maravillas de los juegos de rol.
Características de un juego de rol
Aunque no hay consenso acerca de cuáles son las características para que un juego sea considerado propiamente un juego de rol, yo os voy a dar las que para mí son esenciales e imprescindibles, aunque las corrientes más independientes están rompiendo últimamente con estos principios.
- Interpretación de roles: Como su propio nombre indica, el juego de rol se basa en adoptar el papel de un personaje, y esto supone no solo decidir las acciones que va a tomar, sino también hablar como él. Siempre se me ha asemejado el rol más al teatro que a los juegos de mesa, quizá por mi infancia en escenarios. Pero sin interpretación, sin ser tú mismo la boca por la que habla el personaje, el juego no es más que una sucesión de tiradas y de situaciones hipotéticas.
- Juego social: Al igual que en el teatro, esta interpretación de la que hablamos se tiene que dar con alguien. Aunque haya escenas en que solo sea uno el jugador que esté interpretando la acción, bien con el director de juego o bien en solitario, siempre hay un público, un grupo para el que narras. Por mucho que uno juegue cualquier versión de Zelda, al ser una aventura en solitario no puede ser considerado un juego de rol.
- Libertad de acción: Libertad total. Y eso implica que si quieres que tu personaje tire su espada láser en el encuentro final con Darth Vader, exponiéndose a una muerte segura, lo puedas hacer. Muchos juegos (generalmente con representación en miniatura de los personajes) tienen las acciones que se pueden llevar a cabo delimitadas por las reglas. Puedes saltar, correr, lanzar un conjuro, cubrirte, y demás. Pero si quieres sacar una bandera blanca desde detrás de una trinchera para proponer un armisticio, un juego de rol debe poder permitírtelo.
Qué no es un juego de rol
- Juegos de cartas: Magic, Hearthstone, Leyenda de los cinco anillos o Pokémon, eso no son «cartas de rol» como muchas veces se dice. Son juegos de cartas. ¿Que muchos de ellos tienen componentes de fantasía, ciencia ficción o demás ambientaciones que se dan también en los juegos de rol? Sí, muchos. Pero también hay juegos de cartas de fútbol, y ahí no hay ni interpretación, ni libertad de acción, ni nada.
- Juegos de miniaturas: Del tipo «guerra de ejércitos» a lo Warhammer, Infinity o Warmachine, o de tablero como Descent o Star Wars: Imperial Assault. En estos juegos pasa más o menos lo mismo que en el caso anterior: no hay libertad de acción y no hay (o, en muy raras excepciones, hay muy poca) interpretación. Son unos juegos estupendos, pero no son juegos de rol.
- Videojuegos de género «rol»: Mass Effect, Zelda, The Witcher, Final Fantasy, Diablo, Neverwinter nights… todos ellos carecen en gran medida de dos de los tres factores fundamentales: interpretación de roles, juego social y libertad de acción. Incluso World of Warcraft, que tiene un fuerte componente de juego social (si lo quieres utilizar) y deja la puerta abierta a que el jugador interprete mediante la ventana de chat, sigue sin tener la libertad de acción que un juego de rol ofrece. Así todo, me parecen alternativas muy válidas si no puedes montar un grupo de juego.
¿Qué hace falta para jugar al rol?
Aunque para los que nunca se han puesto a ello a veces les resulta un poco intimidante, jugar al rol es mucho más sencillo de lo que parece. Yo empecé con diez años con un manual que aún a día de hoy sigue teniendo partes muy complejas, y he sobrevivido. Más o menos.
Además de un grupo de amigos, idealmente entre 4-6, necesitarás un manual de juego. La mayoría de los juegos de rol pueden jugarse con solo un libro, así que olvídate de eso de comprar mil manuales y gastar un montón de dinero en complementos. Eso no es necesario. Es un extra. ¿Qué más necesitas? Útiles de oficina (lápices, gomas, impresora) y dados poliédricos, que se pueden encontrar hoy en día con facilidad en internet o en tiendas de juegos y grandes superficies. (Algunos tendríais que haber visto la odisea que suponía en la década de los 80 conseguir un juego de dados de rol).
Beneficios de jugar al rol
- Estimula la imaginación: Todo se desarrolla en la imaginación del jugador. Los escenarios, las acciones, los personajes, todo. Al principio puede parecer confuso desde fuera, pero una vez te sientas todo surge de manera muy natural, ya que llevamos imaginando historias en nuestra mente desde niños.
- Mejora las habilidades comunicativas: Puesto que la mayor parte de lo que se hace durante una partida de rol es hablar, describir, el entrenamiento de las habilidades comunicativas, tanto en exposición como en argumentación, mejora estas de una forma muy considerable.
- Agiliza el cálculo mental: Tirar los dados suele ser un factor común a la mayoría de los juegos de rol. Cálculos básicos, de sumas y restas, son algo que se hace con mucha frecuencia, y que mejora estos, así como la elaboración a veces más compleja de medias y otros cálculos matemáticos.
- Aprendizaje: Según la ambientación del juego, el periodo histórico (si es realista) en que se enmarque determina muchas cosas, y la inmersión de un jugador en un entorno, así como la lectura de manuales y demás material, complementa el aprendizaje de épocas, culturas, etc.
- Desarrolla las capacidades organizativas: Tanto a la hora de preparar una partida, crear un mundo o desarrollar tu propio juego, como, una vez en el terreno, organizarse con el resto de personajes para preparar el rescate de una princesa o cómo atravesar Mordor sin ser vistos.
- Mejora la lectura y la escritura: Como cualquier tarea que requiera leer mucho, en este caso la lectura de manuales, aventuras y documentación afín mejoran nuestra velocidad lectora y la ortografía, e incrementa (y mucho) el vocabulario activo y el pasivo.
¿Te he convencido ya? Pues te espero en el próximo artículo: Cómo jugar al rol
Muy interesantes las caracteristicas que definen el criterio de inclusión. Saludos