Reseña: El libro de los portales

Autora: Laura Gallego
Páginas: 496
Editorial: Minotauro
Año de publicación: 2013
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En esta ocasión Laura Gallego nos lleva a un mundo de la más pura fantasía medieval. Salvo quizá por los elfos a los que nos tiene acostumbrados en otras ocasiones, «El libro de los portales» tiene magia, reinos, seres extraños y… quizá demasiadas cosas más, pero no adelantemos acontecimientos.

Personalmente yo ya tuve mi época de Laura Gallego hace años, pero recientemente Candy Reads me ha liado para unirme a un club de lectura y este ha sido el libro del primer mes, así que ya tenía lectura.

Echémosle un vistazo al book trailer si queréis antes de entrar en materia:

Ambientación

⭐️⭐️

El mundo de El libro de los portales no tiene características especialmente particulares que lo distingan de cualquier otro mundo estándar de fantasía como otros cien mil que ya hay. La academia de magia (vale, se supone que no es magia, que es ciencia arcana, pero para 2013 Brandon Sanderson ya había publicado Elantris y empezado con este asunto diez años antes), donde se desarrolla parte de la acción es quizá el lugar más característico, pero no se consigue desarrollar más allá de unas pocas descripciones muy salpicadas, que dejan al lector todo el trabajo de formar el lugar, ya que no da muchas pistas. Queda la sensación de «estar a medio hacer», como un dibujo coloreado solo parcialmente.

Por otro lado está el tema de los reinos y las ciudades que, si no tuvieran relevancia en la trama general, pues me importaría bien poco su nombre, pero es que tienen importancia y, por razones que escapan a mi entendimiento, a la autora le pareció una idea fantástica llamar a los lugares con nombres tan fácilmente diferenciables como Darusia, Belesia, Esmira, Rodia, Rutvia, Uskia y Kasiba. Todo muy normal. Facilísimo. Ríete tú de Dwalin y Balin, y Kili y Fili.

Finalmente hay una ubicación mucho más novedosa (quien dice novedosa dice «se te ha ido la pinza, pero totalmente») de la que no voy a hablar por el tema spoilers, pero se explica pobremente y no se justifica en absoluto, por lo que no arregla el asunto de la ambientación, sino todo lo contrario.

Personajes

⭐️⭐️⭐️

Para gustos están los colores y si algo bueno tiene El libro de los portales es que el elenco de personajes es bastante variado. Existe uno, Tabit, el aprendiz de mago, que lleva más peso en la trama y al que acompañamos desde el principio, por lo que es más fácil que sea «nuestro favorito». Por eso y porque es quizá uno de los pocos que tiene cabeza y eso, cuando les ves que van dando tumbos de un lado para otro, acaba siendo casi su única virtud.

En el grupo tenemos también a Calindra, la Hermione de turno con la que Tabit tendrá que asociarse para resolver el misterio de la desaparición de un profesor en la escuela de magia (un profesor del que apenas sabemos nada y que no nos importa nada si vive o muere), Yunek, un campesino que se nos presenta al inicio del libro y que cuando aparece pasado el primer cuarto con un cartel de «eh, he venido a unirme al grupo de héroes porque sí» ya estás tan curado de espanto que lo único que puedes decirle es «sí, claro, pasa, hombre, ponte junto al minero ese que tampoco pinta nada aquí».

Y es que, aunque los personajes están bien formados en tanto en cuanto cada uno tiene sus motivaciones y su forma de hablar y comportarse propias, están unidos un poco «porque sí» y ya no es que no «peguen» juntos, es que ¡ni nos importa lo que pudiera pasarles!

Luego ya está el tema de «voy a enamorar a estos dos porque me da la gana» que, si te parece que este y aquel pegaban y te apetecía que estuvieran juntos, pues bien, pero si no, pues te vas a tener que fastidiar porque nada durante todo el libro ha indicado que fueran a acabar juntos (es que me estoy acordando de un caso muy concreto y es muy sangrante).

Narrativa y estilo

⭐️⭐️⭐️

No cabe duda de que los casi nueve años que pasaron desde el primer volumen de Memorias de Idhún hasta este Libro de los portales han corrido en favor de la autora que, a nivel de prosa, maneja mucho mejor las descripciones, los diálogos y los tiempos. Poco hay más que añadir en este apartado, cumple correctamente sin tampoco destacar por una brillantez deslumbradora.

Historia

⭐️⭐️

Por contra, el argumento general de la obra da tumbos en cuanto a ritmo, interés y desarrollo, haciendo de la experiencia una montaña rusa demasiado larga que puede acabar con cualquiera que no tenga mucho interés en conocer el final (truco: en el último capítulo la autora tira de infodumping a todo trapo con la excusa de que un personaje le explique a otro tooooodo lo que ha pasado. Si os cansáis de la lectura y queréis ahorraros medio libro acudid al final y allí se os cuenta todo).

Los personajes principales se tiran por su cuenta innumerables capítulos antes de juntarse, la trama principal tarda en arrancar y, después de dar mil y un vueltas, al final uno tiene la misma sensación que en las malas películas de asesinatos: que lo mismo el malo podía haber sido este como aquel. No hay nada que haya dado pistas en un sentido u otro durante toda la obra, y te sientes engañado.

Conclusión

⭐️⭐️

El libro de los portales es demasiado largo para una historia que se ventila perfectamente con cien páginas menos. Se enreda abriendo un montón de melones que luego no recoge y concluye de forma apresurada y poco creíble. Laura Gallego es una de las grandes voces de la fantasía juvenil española, pero quizá esta no haya sido su nota más afinada.

Si te ha convencido el libro, comprando aquí “El libro de los portales” ayudas al mantenimiento del blog.